Entre los años 2003 y 2006, PROCISUR impulsó un proyecto clave para fortalecer la sostenibilidad de los sistemas agrícolas del Cono Sur, centrado en la consolidación y valorización de la Siembra Directa (SD).
Esta práctica, reconocida como una de las tecnologías más representativas de la agricultura moderna, abarcaba en ese entonces casi 30 millones de hectáreas en la región, posicionando al Cono Sur como líder mundial en su adopción. A pesar de los avances, el sistema permanente de SD había sido adoptado solo en un 20% del total agrícola regional. La razón principal: la aparición de restricciones de “segunda generación”, asociadas a desafíos biológicos, físicos y químicos del suelo, que emergen una vez superada la transición desde el laboreo convencional. Abordar estas restricciones fue el eje central del proyecto.
Un enfoque cooperativo e integral
El proyecto se estructuró bajo un enfoque regional, público-privado y colaborativo, considerando tres dimensiones clave:
Se avanzó en el diagnóstico de las causas de la compactación de suelos bajo SD y se calibraron indicadores regionales de calidad física del suelo. También se identificaron equipos de siembra con capacidad de descompactación superficial adaptados a distintas condiciones.