La capacidad de generar productos de calidad exportable comienza con el adecuado uso desde la plantación de materiales de alta calidad, que correspondan genéticamente a cultivares definidos y que presenten una garantía de estar exentos de patógenos.
En este sentido, la calidad es un paradigma de la producción y tiene dos componentes principales: el genético y el sanitario.
La Calidad Genética es la capacidad productiva de un material vegetal. Un determinado material incluye en su patrimonio genético un cúmulo de información seleccionada que le hace la opción más apta para un determinado fin productivo. Este patrimonio es obtenido luego de varios años de mejoramiento genético.
La Calidad Sanitaria por otro lado, es el nivel de salud que determina la expresión de la capacidad productiva de un genotipo.
La micropropagación o multiplicación in vitro usando cultivo de tejidos, es una biotecnología para la clonación de individuos de alta productividad. Las metodologías de cultivo de tejidos vegetales están extendidas en los Institutos de Investigación Agropecuaria de la región y se están generando plantas con calidad destacada. Asimismo, existen también emprendimientos privados dedicados a aumentar la escala de propagación.
Establecer la capacidad tecnológica necesaria para impulsar en la región la oferta de variedades producidas por biotecnología, integrando los esfuerzos de los sectores público y privado.